En el corazón del emblemático pasaje Junín se encuentra el salón Versalles, un lugar de tertulia y buena mesa, que a través de seis décadas de existencia se ha convertido en ícono del Centro de Medellín. Es un lugar en el que se conjugan la cordialidad, la tertulia, y sobre todo, una oferta gastronómica amplia y para todos los gustos. “Juniniar” y Versalles van muy de la mano. Así ha sido desde el 15 de agosto de 1961 cuando fue inaugurado por el argentino Leonardo Nieto, quien se enamoró de la capital antioqueña desde el instante mismo en el que se bajó del avión proveniente de Buenos Aires. Hablamos con Marcela Nieto, hija de don Leonardo y una de las personas encargadas del buen funcionamiento del tradicional salón, que celebró recientemente sus 60 años, de los cuales los últimos 35 han sido como Afiliado a Fenalco Antioquia. 
¿Qué representa para ustedes, como parte del salón Versalles, cumplir 60 años?
“Es una gran satisfacción, es algo muy significativo, ya de por sí 60 años es mucho tiempo, pero además llegar a esta cifra en medio de una pandemia y una complicada situación económica fue muy difícil para todos, para el sector de los restaurantes, sumado a la pérdida de mi papá (Leonardo Nieto), porque él falleció el 20 de junio del año pasado, entonces fueron dos circunstancias muy difíciles. Esperábamos llegar a los 60 años pero no pensábamos que para alcanzar esta fecha especial íbamos a atravesar estos dos acontecimientos. Pero aquí estamos, muy contentos, pensando en el futuro y que sean muchísimos años más para Versalles”.¿Qué hace especial y único a Versalles?
“En primer lugar, es un sitio muy democrático. A Versalles llega todo el mundo, desde altos ejecutivos hasta el obrero, a todos se les recibe con cariño, se les brinda un servicio de calidad. Eso es algo que nos dejó mi papá, una excelente atención al cliente y ha sido muy característico del salón, eso sumado a los platos exquisitos y la oferta gastronómica que ofrecemos. Además, es un lugar que invita a conversar, es un punto de encuentro para que la gente disfrute de una deliciosa comida, se tome un tinto y se quede hablando. Lo otro es que no nos hemos salido de nuestra ubicación de siempre, pese a que hubo algunos intentos pero realmente la esencia de Versalles es estar en el Centro, que es donde palpita una ciudad”.