Si usted vive en Sopetrán o municipios aledaños, o planea visitar el Occidente antioqueño, no puede dejar de degustar unas sabrosas alitas y pollo apanado que sobresalen en la región. Delicia, suavidad y una sazón única son elementos que reúne Súper Alitas Sopetrán, empresa que, con apenas cinco años de existencia, ha alcanzado un posicionamiento importante, lo cual, a su vez, le ha permitido a sus propietarios generar empleo y mejorar la calidad de vida de las personas que dependen del negocio. Jorge Baena, y su esposa, Luz Mery Flórez, han debido atravesar las verdes y las maduras para poder sacar adelante su próspero negocio. Años atrás tuvieron la iniciativa de montar un local con una amplia oferta gastronómica en el vecino municipio de San Jerónimo, pero por diversos motivos nunca pudieron despegar, por lo cual decidieron probar suerte en Sopetrán. No obstante, y pese a las múltiples adversidades, la pareja nunca desfalleció y fruto de la perseverancia, el tesón y el deseo irrenunciable de salir adelante logró consolidar el negocio, que en febrero pasado cumplió su quinto aniversario. Jorge nos contó el proceso que ha tenido la empresa a lo largo de un lustro, así como la alegría que le genera la reciente afiliación a
Fenalco Antioquia.
Jorge, ¿cómo nació Súper Alitas Sopetrán?
“Los inicios fueron en San Jerónimo, comenzamos ofertando un menú demasiado amplio, que incluía alrededor de 38 productos… carne de res, de cerdo, lomito, chuzos, salchipapas, perros, hamburguesas artesanales, mejor dicho, de todo. Digamos que el negocio empezó a moverse, a posicionarse, pero el dueño cualquier día me pidió el local y me tocó irme para otra parte, arrancar de cero nuevamente y eso es muy difícil, tanto que en el nuevo lugar no pude despegar y nuevamente tuve que trasladarme. Abrimos en otro local y la situación empezó a mejorar, pero tuvimos algunos inconvenientes familiares que nos obligaron a descuidar el negocio y, claro, las ventas se vinieron a pique. Ahí sentimos que definitivamente San Jerónimo no era nuestro lugar y comenzamos a madurar la idea de instalarnos en Sopetrán, yo pasaba en ese entonces por donde tenemos hoy nuestra empresa y visualizaba que ese sería el lugar ideal para arrancar, aunque a mi esposa no le parecía el lugar preciso, hasta razón podía tener porque en ese entonces era una esquina muerta… pero siempre he sido muy decidido, imaginaba dónde estaría la cocineta, dónde ubicaríamos todo y le di para adelante, con la idea de que acá podríamos prosperar. No obstante, cometimos un error que detectamos rápidamente: estábamos abarcando un menú bastante amplio y nos quedaba mucha parte de la producción y la rentabilidad era muy poca, esto porque no lográbamos vender en abundancia, entonces con mi esposa decidimos recortar al máximo la carta que ofrecíamos, al punto que en ese momento nos quedamos solamente con el pollo apanado, que ha sido nuestro producto estrella siempre, y le agregamos las alitas, que han sido todo un éxito desde el momento que las incluimos en el menú. Debo agregar además que la pandemia ha sido decisiva en el despegue de nuestro negocio”.
Y eso, ¿a qué se debe?
“La pandemia nos sirvió muchísimo en el sentido que, debido al encierro y la cuarentena, la gente no tenía en qué gastarse la plata, entonces ahí aproveché para pautar en Facebook y las redes sociales, darle más fuerza al Whatsapp y el negocio comenzó a crecer, al punto que debimos contratar a la primera trabajadora. Ahí notamos que la freidora que teníamos ya nos estaba quedando pequeña, teniendo en cuenta la alta cantidad que nos pedía la gente, comenzamos con una freidora pequeña, de las que son como para empanadas. Cuando se reactivaron los trabajos de construcción se potenciaron muchísimo más los pedidos, y ahí, con un pequeño capital que comenzaba a acumular, me tocó hacer un enorme esfuerzo para adquirir una freidora industrial, que fue un éxito total, ya que pasamos de sacar 16 a 25 presas en 20 minutos, mientras que la anterior se demoraba hasta media hora y hasta se quemaba a veces el producto, porque la candela es directa. Siempre he pensado en crecer, y en ese momento tuve la visión de conseguir una freidora aún más grande, por ende, más costosa, la adquirimos y seguimos avanzando, ya sacamos 50 presas cada 25 minutos, se venden combos de alitas en altas cantidades”.
Han tenido entonces una gran acogida en el municipio y la región…
“Sin lugar a dudas. Hemos logrado posicionar nuestra empresa, le hemos dado una identidad al sabor de las alitas y el pollo apanado, al punto que tenemos clientes que vienen expresamente de San Jerónimo, de Santa Fe de Antioquia. Incluso gente de Liborina nos pide que montemos una sucursal allá, pero nosotros vamos pasito a pasito, avanzando con nuestra labor. Esto nos genera una gran satisfacción porque el negocio venía un poco desacreditado con las negativas experiencias en San Jerónimo, habíamos tenido muchas altas y bajas por diversos motivos, pero llegamos acá y la rompimos, como se dice”.
Además, acertó con la ubicación del local, tal y como lo había visualizado…
“Así es, y eso que cuando lo tomé no estaba revocado, tenía los adobes pintados… no estaba adecuado ni en las condiciones que exige Sanidad. Comenzamos con un congelador pequeño, ahí también metíamos la carne para el sancocho, entonces cuando Sanidad realizó la visita me indicaron que había que hacer una serie de reformas y mejoras, pero para mí era muy complicado hacerlo porque recién estábamos empezando, con muy poco dinero, en esas estuvimos un año y medio, hasta que volvió Sanidad y ya me pusieron un ultimátum de adecuar bien el local o me lo iban a clausurar. Entonces me tocó meterme de ayudarme para oficial, porque no tenía los recursos suficientes, y me puse a mezclar, a enchapar, a pintar y pudimos remodelar el negocio para seguir prestando el mejor servicio. Puedo decir que nuestra empresa fue una antes de las visitas de Sanidad y otro después, la veo con otros ojos, entendí que un buen restaurante debe ser bonito, impecable, excelentemente presentado, debe inspirar confianza y la tranquilidad que lo que uno se lleva a la boca es un producto de la mejor calidad, en eso somos muy estrictos, nos cercioramos en utilizar los condimentos correctos, el cambio de aceite periódicamente, conservar siempre los pollos en refrigeración”.
Ese clic entonces fue muy importante para potenciar al máximo la empresa…
“Tal cual. Hoy es muy distinto a cuando empezamos, aún faltan muchas cosas por hacer, no somos una empresa tan robusta, si bien estamos generando empleo aún tenemos falencias que estamos corrigiendo, los recursos son limitados, es duro sacar para pagar nómina, para asumir los servicios, que son supremamente altos, todo el pago de salud, se torna difícil en muchas ocasiones. Hace poco pasó por acá la doctora María José (Bernal Gaviria, Directora Ejecutiva de Fenalco Antioquia) y nos felicitó porque vio más bonita la fachada, entonces eso genera confianza entre los clientes, que notan que los procesos están bien hechos, la materia prima se optimiza y se respeta al máximo el producto, para que llegue en óptimas condiciones a los consumidores”.
¿Qué hace diferente o único a Súper Alitas?
“Yo soy muy estricto y receloso con el sabor del pollo, esa es la particularidad de la marca, si uno se come una presa de pollo sabe que difícilmente encontrará ese sabor en otro. Puede haber otros pollos con mejor sabor, claro que sí, hay paladares que les gusta otro sabor, pero yo sé que el aliño que le hecho lo potencializo, lo hacemos con amor, estoy seguro que no lo van a encontrar en otro lado, es un aliño que no te queda, que no te hace daño”.
¿Qué les genera estar afiliados a Fenalco Antioquia?
“Estamos muy felices por hacer parte del Gremio, nos afiliamos recientemente porque nos ofrece muchos beneficios y herramientas para hacer crecer nuestro negocio. Uno como emprendedor se convierte en todero, en el afán por ahorrarse a un domiciliario, a una muchacha para la cocina, uno mismo es quien hace el pollo, lleva los encargos y se encarga de absolutamente todo… entonces eso va generando una carga laboral impresionante y a su vez no te permite visionar y aprovechar tantas herramientas y recursos que en este caso nos ofrece
Fenalco Antioquia. Estamos muy contentos, nos han enviado información sobre cursos, semilleros y muchas cosas, hasta ahora no hemos tomado ninguno porque estamos en un proceso de reestructuración de personal, ingresando a dos personas nuevas y orientándolas en el proceso. Pero creería que en este segundo trimestre comenzaremos a tomar muchos de los servicios que nos ofrece
Fenalco”.
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