De acuerdo con un análisis realizado por el Banco de la República, en el que se evalúa la creación y la destrucción de empresas desde 2010 con base en los datos de los pagos de planilla Pila, sobresale que el primer semestre de 2020 fue el más malo para el sector privado. Además, menciona que para evaluar la condición de fragilidad del sector empresarial suelen emplearse indicadores tradicionales relacionados con la situación financiera de las firmas, como la insolvencia, morosidad y el quebranto patrimonial. Sin embargo, existen indicadores alternativos para estudiar la actividad productiva sectorial y que usualmente no reciben mucha atención. Utilizando la información de la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes, PILA, del Ministerio de Salud y Protección Social, se calcularon para cada período y sector económico las tasas de creación y destrucción de firmas a partir de las fechas en las cuales una empresa empieza y termina de realizar los aportes a seguridad social de sus empleados. Además, al contar con los registros del número de empleados de cada firma se computaron estas mismas tasas por tamaño de empresa y la proporción de empleo que se destruye. Los resultados a nivel agregado muestran que la mayor tasa de creación se registró en enero de 2010 con el 21,5%, cuando se habían creado 61.895 empresas en los últimos 12 meses y la menor tasa se observó en junio de 2020 con un porcentaje del 13,1%, es decir 50.662 empresas. Entretanto, el período 2011-2019 mostró una tasa promedio de creación del 17,5%. En cuanto a la destrucción, desde abril de 2017 se aprecia un crecimiento que la lleva a superar la tasa de creación. Durante el primer semestre de 2020 esta tendencia se acentuó y en junio del mismo año 148.157 empresas desaparecieron, representando un aumento de 47,7% con respecto a junio de 2019. Dado que la última observación de la muestra puede incluir entidades que se atrasaron en los pagos a seguridad social durante junio de 2020, pero que no necesariamente se han destruido, se calculó la tasa de empresas que se atrasan en sus pagos a seguridad social en cada mes de análisis, encontrando que el aumento en la destrucción de firmas se mantiene, incluso cuando se controla por este efecto. Por sector económico, la construcción y la minería son aquellos donde suele destruirse un mayor porcentaje de empresas (ver gráfico). En el caso del primero, como consecuencia de la crisis sanitaria, su tasa de destrucción de empresas creció 16,2 puntos porcentuales a junio de 2020, registrando su máximo. En cuanto al segundo, su destrucción había aumentado durante 2019, sin embargo, la crisis parece no haber tenido una influencia y durante 2020 ha disminuido. Resaltan los sectores inmobiliario, de hoteles y restaurantes, cuya sensibilidad frente a las medidas de cierres temporales y totales de la economía se ha materializado en tasas históricas de destrucción del 36,0% y 35,0%, respectivamente. El análisis por tamaño de empresa muestra que la tasa de creación y la de destrucción de firmas son consistentemente mayores para las de menor tamaño. Y la coyuntura afectó la creación de empresas para todos los tamaños, pero las micro y pequeñas han sufrido en mayor medida los efectos de la pandemia. En el último año de análisis, 757.754 empleos desaparecieron, de los cuales 81% son de esos dos grupos. A partir de los resultados presentados, se puede concluir que entre 2019 y 2020, en el marco de la crisis sanitaria causada por el COVID-19, la tasa de creación de empresas ha experimentado una disminución a nivel agregado y para todos los tamaños de empresa. Por su parte, la tasa de destrucción se ha incrementado, supera la tasa de creación desde 2017 y recientemente se ha acelerado, especialmente para las micro y pequeñas empresas, y en los sectores de la construcción, inmobiliario, hotelería y restaurantes. También te puede interesar "