El mercado laboral continúa como una prioridad considerando que, de acuerdo con el Departamento Nacional de Estadística,
DANE, en julio había 1,5 millones de puestos de trabajo que aún no se han recuperado. De allí que varios análisis estén apuntando a la necesidad de enfocarse en correcciones haciala recuperación del empleo formal y brecha femenina. Es bien conocida la fuerte afectación sufrida por el empleo y los ingresos de los hogares en Colombia en los primeros meses de la pandemia, aunque bien vale resumir algunas de sus aristas más destacadas antes de revisar la evolución más reciente.
La caída de empleos
Durante abril y mayo de 2020, el número de ocupados cayó en más de 20%, lo que se tradujo en un marcado incremento del desempleo y también en una fuerte salida de personas a la inactividad laboral. A esa pérdida se sumó que al inicio de la pandemia muchos de los que conservaron sus empleos en realidad estuvieron en licencias y vacaciones y por tanto no fueron ocupados activos. Algunos de ellos no generaron ingresos en ese período, y que aquellos que sí estuvieron activos en sus empleos lo hicieron en menos horas de lo usual, donde las horas promedio trabajadas en la semana por quienes sí estuvieron activamente se redujo a 87% del nivel inicial. Todo ello redundó en un incremento de la fracción de hogares cuyos ingresos laborales estaban por debajo de un salario mínimo a 50% en mayo de 2020, comparado con niveles prepandémicos cercanos el 35%.
Principales afectaciones
Las afectaciones en esos meses iniciales fueron particularmente marcadas para los trabajadores informales y aquellos en microempresas y para las mujeres. En lo corrido del presente año, llama la atención el hecho de que el mejor resultado de actividad económica siga sin transmitirse con mayor fuerza para mejorar una tasa de desempleo que, en julio, se situó en el 14,3%, y que evidencia la lenta recuperación del empleo luego del choque pandémico, especialmente en los empleos formales. Perdió fuerza, además, desde el final de 2020, con importantes retrocesos por el pico de contagio del primer semestre y las medidas que lo acompañaron, así como el estallido social que experimentó el país durante abril y mayo. Como resultado, hay afectaciones persistentes en los ingresos laborales de los hogares colombianos: aproximadamente el 42% de estos reportaban ingresos laborales inferiores a un salario mínimo, es decir, 4 de cada 10 registraron ingresos inferiores a un salario mínimo. La afectación en términos de ingresos y empleo ha sido mucho mayor para mujeres que hombres. Las dinámicas de la recuperación laboral siguen generando alertas sobre la necesidad urgente de ajustes estructurales al mercado laboral y del retorno escolar de los niños y adolescentes cuyas madres se han dedicado a su cuidado.
¿Cómo generar empleo?
Con el fin de generar un mayor número de empleos formales, se requiere un ajuste de las regulaciones laborales para permitir una mayor flexibilidad para los empleadores, teniendo en cuenta que históricamente en las recesiones la recuperación del empleo toma más tiempo que la actividad económica, precisamente porque hay cierta reticencia de los empleadores a involucrarse en contratos que requieren compromisos onerosos, y que son difíciles de ajustar cuando aún hay incertidumbre. La nota macroeconómica de la Universidad de los Andes sustenta la necesidad de ajustes estructurales e incidencia de licencias y vacaciones en salarios. El mercado laboral continúa como una prioridad, considerando que aún hay cerca de 2 millones de puestos de trabajo que no se han recuperado en relación con las cifras prepandemia, según destacó el DANE. De allí que varios análisis estén apuntando a la necesidad de enfocarse en correcciones hacia el mercado laboral formal.
Problemas en los ingresos de los hogares
La más reciente nota macroeconómica de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes señala, por ejemplo, como “hay afectaciones persistentes en los ingresos laborales de los hogares”, pues alrededor del 42% de las familias, a junio de este año, perciben ingresos inferiores a un salario mínimo, una cifra que se elevó incluso frente a mayo de 2021, cuando el nivel estaba en 41%. “El empleo y los ingresos de los hogares se recuperan más lentamente que la actividad económica”, destaca el reporte, que señala que si bien se ha dado una recuperación frente al dato del 50% de los hogares con ingresos laborales por debajo del mínimo que se registró en mayo del año pasado, en los primeros meses de la pandemia, aún hay una brecha de 7 puntos porcentuales en relación con el dato prepandemia, cuando solo 35% de las familias devengaban menos de este nivel de ingresos.
Mercado laboral formal
La nota macroeconómica se refiere también al mercado laboral formal, y enfatiza en que “la pobre recuperación del empleo formal es preocupante”, y que el gran reto de la recuperación está en la creación de empleo formal y estable. “Aunque los programas de empleo de emergencia pueden ayudar a paliar el golpe a los ingresos de los hogares, difícilmente son la semilla de esa empleabilidad estable y generadora de encadenamientos productivos”, sugiere el reporte. Para Marcela Eslava, decana de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, “el ritmo de recuperación tan lento del empleo formal sugiere que las razones por las que todavía estamos lejos de los niveles prepandemia ya no se restringe solo a la baja actividad económica, porque esta sí se ha recuperado, pero el empleo formal no lo ha hecho al mismo ritmo, lo que sugiere que están entrando a operar los altos costos que tiene la formalidad para los empleadores”. Según Eslava, por ello se requiere un ajuste de las regulaciones laborales para permitir una mayor flexibilidad para los empleadores, y explica que históricamente en las recesiones la recuperación del empleo toma más tiempo que la actividad económica, “precisamente porque hay cierta reticencia de los empleadores a involucrarse en contratos que requieren compromisos onerosos, y que son difíciles de ajustar cuando aún hay incertidumbre”. El informe de la universidad señala también como con el inicio de la pandemia, en muchos casos, se presentaron licencias y vacaciones que significaron menores ingresos para los trabajadores formales que acrecentaron, por ende, la brecha de ingresos. “Algunas dimensiones de la dinámica reciente del empleo y los ingresos deberían generar alertas sobre la necesidad urgente de ajustes estructurales al mercado laboral”, complementa el documento.
La brecha femenina
Las diferencias entre hombres y mujeres en el mercado laboral se mantienen como uno de los principales retos para la generación de empleo. “Es muy llamativo que la agudización de la brecha entre mujeres y hombres se da por completo en el segmento de personas en la informalidad”, enfatiza el estudio de la Universidad de los Andes. Si se comparan los niveles de empleo de junio de 2021 con los del inicio de la pandemia, los hombres estaban en un nivel del 98%, mientras que el empleo femenino apenas se ha recuperado en un 87%. Además, se destaca que la afectación incide en mayor medida sobre las mujeres de más bajos ingresos. Esto se relaciona en el documento, con una reasignación de las tareas en el hogar, y también se ha visto altamente ligado con casos en que la mujer se empleaba la informalidad. También te puede interesar
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