El índice de precios al consumidor, IPC, mide el incremento o disminución del precio de los productos y servicios que se consumen de forma regular en los hogares colombianos, es decir, la “canasta familiar”. En el primer semestre de 2021 se presentó un avance sustancial en la variación de los precios al consumidor, IPC, y esto se debe en gran parte al incremento observado en el rubro de alimentos. Los problemas de abastecimiento por los bloqueos de mayo, la tendencia alcista de los precios internacionales de muchos productos agrícolas y el traspaso de la depreciación fueron los factores que determinaron tal tendencia. Esto, sumado al efecto de una baja base de comparación en 2020 y el aumento paulatino de la inflación básica, llevó a la inflación anual a 3,63% al cierre de junio de 2021. Ahora bien, ante este comportamiento se pueden tener dos efectos: que los hogares compren menos cosas con el mismo dinero por el alza de los precios (las canastas básicas son más costosas), por lo que, para el caso de familias vulnerables y pobres, podría aumentar el indicador de pobreza. La otra consecuencia es que el Banco de la República mueva sus tasas de interés, porque por ahora el dato ya es levemente superior a la meta que tiene el Emisor para este año que es del 3%. De acuerdo con el informe de actualización de proyecciones económicas para Colombia realizado por Bancolombia, se evidencia un aumento en la proyección de inflación para cierre de año a 3,6%. Esta previsión está sustentada en el comportamiento esperado de los renglones de alimentos y regulados. Por otra parte, hubo un ajuste en el pronóstico para la inflación de diciembre de 2022 de 3% a 3,3%, considerando que el comportamiento estará determinado por los menores excesos de capacidad productiva ante la recuperación más acelerada de la actividad económica. También te puede interesar "Las ventas de electrodomésticos por canales digitales incrementarán 40% para 2025"