Amplia experiencia e infraestructura, la más alta tecnología que pueda existir, así como la calidad humana que ofrece cada uno de sus colaboradores, las auxiliares y los especialistas, hacen de Oral Center el lugar ideal para realizarse cualquier clase de procedimiento odontológico. Más de 25 años de experiencia respaldan la labor de la clínica, que cuenta con más de 70 colaboradores, distribuidos en sus tres sedes, ubicadas en El Poblado, Suramericana y el Centro Comercial Puerta del Norte. Andrés Rivas, el Coordinador Administrativo de la clínica, nos contó todos los pormenores de la empresa, así como las proyecciones que tienen a futuro, e hizo hincapié en la pandemia, problemática que los llevó incluso a replantearse si continuaban o no prestando el servicio. 
Andrés, ¿qué es Oral Center?
“Es una clínica odontológica que cuenta con más de 25 años de trayectoria en el mercado, contamos con todas las especialidades que puedan existir, con una diferenciación con respecto a otras clínicas en cuanto a infraestructura y tecnología, tenemos nuestro laboratorio propio, lo cual significa que podemos tener o implementar un diente provisional o una corona el mismo día, eso no lo ofrece diría que nadie en Medellín o incluso en Colombia. Adicionalmente, hemos invertido y apostado mucho a la parte de la tecnología, contamos con microscopio para realizar procedimientos de rehabilitación láser de última tecnología, impresora 3D para ortodoncia, escáner que evalúa la voz y te proyecta de una vez simulaciones en tiempo real de la mordida, también tenemos dentro del laboratorio un programa especializado que se encarga incluso de simular cómo sería la cirugía de implantes para que salga aún más perfecto y no se presente ninguna clase de complicación”.Para usted, ¿qué hace especial o único a Oral Center?
“Además de lo anteriormente mencionado, existe algo que puede parecer muy obvio, pero realmente no lo es, que marca una diferencia gigante con respecto a otras grandes marcas odontológicas, y se trata de la atención y el servicio a las personas, aquí normalmente uno llega y la recepcionista brinda un saludo cercano y respetuoso, te ayuda inmediatamente en lo que necesites. Otro factor diferencial a nuestro favor es que nuestros especialistas, en su gran mayoría, tienen una continuidad de muchos años, algunos están con nosotros prácticamente desde que iniciamos labores con la clínica, somos parte de una misma familia, y realmente es algo que no es tan común en los centros de atención odontológica, donde, por lo general, hay constantes cambios de especialistas, entonces eso a la larga se convierte en un problema para el paciente, quien debe realizar su tratamiento con diferentes personas. Acá tenemos permanentemente a las mismas personas, especialistas y auxiliares, así como demás colaboradores, lo cual genera confianza, cercanía y empatía con los pacientes. Nosotros prestamos un servicio que atiende personas, hacemos parte del sector salud, entendemos que no estamos arreglando un objeto, por ello es primordial que haya una gran empatía entre la persona y su odontólogo de cabecera, por ello tenemos esa filosofía, de mantener a todos nuestros colaboradores, que exista una confianza recíproca”.¿Cómo fueron los orígenes de la empresa y cómo ha sido el crecimiento a través del tiempo?
“Oral Center fue creada por tres personas… dos hermanos y un compañero de ellos, iniciaron en el Centro Comercial Los Sauces, todavía existe una sede allá, donde nació la primera clínica. Resulta que les empezó a ir muy bien y rápidamente comenzaron a expandirse, abrieron demasiadas franquicias, en el Centro, en el barrio Laureles, en Rionegro… pero también cayeron en cuenta los socios que con el crecimiento tan vertiginoso se estaba haciendo muy difícil poder controlar todas las sedes de la misma manera y decidieron encogerse para llegar a lo que es en este momento, las sedes de Bello, Suramericana y la principal, en El Poblado. Es la más grande, está ubicada en la Torre Intermédica”.¿Qué tanto los ha golpeado la pandemia?
“Por obvias razones fue bastante dura, el sector odontológico fue el último en reactivar sus funciones, casi que comparado incluso con peluquerías y, además, cuando nos permitieron volver lo hicimos con muchas restricciones con respecto a la atención, solamente se podían atender urgencias. Fuimos como el niño juicioso del salón, hicimos la tarea completa, al pie de la letra, realizamos una inversión gigante, compramos vaporizadoras, batas, gafas, tapabocas, gorros, pantuflas y a todo mundo, incluso hasta el día de hoy, les regalamos tapabocas y gafas”.¿Qué ha sido lo más complicado en este último tiempo?
“El tema económico, sin lugar a dudas. Fueron tres meses sin ingresos, un cuarto mes muy duro también, porque estábamos en receso, pero digamos que después de ese lapso, nuestra clientela, que la tenemos muy fidelizada, no veía la hora de volver, estábamos reventados, no solamente por las deudas sino también por la gente, que estaba loca por volver. Por fortuna, la recuperación fue muy rápida, casi que pasamos a incrementar las ventas en un 15 %. Nos tocó hacer varios prestamos para poder subsistir”.¿Estuvieron al borde de cerrar definitivamente la clínica? Y, ¿qué lecciones o enseñanzas les deja toda esta situación?
“Yo digo que si hubiera pasado uno o dos meses más con la situación inicial, sencillamente no la hubiéramos contado. Tuvimos que acudir a varios créditos, pero tuvimos la suerte de poder sostener a todo nuestro personal, no sacamos a nadie, hicimos grandes esfuerzos para que las personas estuvieran tranquilas y logramos superar esta dura prueba. Y en cuanto a enseñanzas, en el tema administrativo y económico es importante tener, básicamente, un colchón más grande y contar con un flujo económico para poder subsistir dos, tres meses sin pasar por ninguna clase de problema”.