De acuerdo con la firma
Raddar, el gasto de los hogares en Colombia en septiembre de 2021 fue de $65,5 billones reportando un crecimiento en pesos corrientes de 9,97% frente al mismo mes del año pasado y en términos reales de 5,23%. De acuerdo con las cifras del reporte, en el tercer trimestre de 2021, los hogares gastaron 209,8 billones de pesos, cifra que es superior en un 10 % respecto al año anterior. Mientras que, en los últimos 12 meses, los hogares gastaron 802,9 billones de pesos. El dato alcanzado en septiembre en términos reales aún no alcanza a igualar los niveles de enero de 2020, pese a esto, considera que las dinámicas de gasto vienen siendo impulsadas en gran medida por un crecimiento importante de las tarjetas de crédito y la colocación crediticia en general. Por ciudades, Neiva fue la zona del país donde más se incrementó el consumo de los hogares durante septiembre, al registrar un crecimiento del 9,82% frente al mismo mes en 2020, seguido por Cúcuta, con un 6,21%, y Bogotá, con un 5,79%. En cuanto el crecimiento corriente para Neiva fue de 18,49%, seguida de Cúcuta 13,30% y Villavicencio 11,11%. Por su parte, Bogotá y Medellín fueron las ciudades que se mostraron más rezagadas en el mes, creciendo 11% y 5%, respectivamente.
Colocación de crédito
La colocación crediticia en los hogares por parte del sector financiero en tarjetas de crédito, consumo e hipotecarios creció en septiembre de 2021 un 66,9% frente al mismo mes del año pasado, el valor de las transacciones con tarjetas de crédito creció 52,5% en junio frente al mismo mes del año pasado. De hecho, del 100% del gasto mensual de los hogares colombianos, las tarjetas de crédito representan el 13%, una tendencia que de acuerdo con el informe de Raddar está en alza. Sin embargo, es importante que los colombianos estén alertas, ya que todo gasto que se genere con crédito es de manera temporal si la gente está comprando carros y muebles pues seguramente esperaran dos o tres años más para volver a hacerlo. Asimismo, se indica en el análisis que el salario mínimo anual no decrecía desde septiembre de 2016 y con la inflación de 4,51%, esta tasa supera el aumento del salario mínimo, causando un decrecimiento anual de la capacidad de compra del SMLVR de -1,01%, lo que afecta a la población de bajos ingresos, que también fue impactada por el aumento del precio de los alimentos desde abril de este año.
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