Flores de Altagracia es sinónimo de belleza y excelencia

23.05.24 07:29 AM Por Andres Felipe

Con la convicción y el propósito de cultivar las mejores flores, con las condiciones óptimas y los más altos estándares de calidad, Flores de Altagracia se consolida como una empresa referente del sector floricultor del Oriente antioqueño y del país, con 22 años en el mercado.


Dialogamos con Andrea Marín, Gerente General, quien explicó la función que desarrolla Flores de Altagracia, empresa que forma parte del Grupo de Exportadores de Flores y Follajes (Geffa), de Fenalco Antioquia.

Andrea, ¿cuál es la labor que desarrolla Flores de Altagracia?

“Somos productores y comercializadores de flores exclusivas o diversificadas, vamos a diferentes mercados. Me explico, así como en Bogotá se concentra mucho la producción de rosa y clavel, acá en Antioquia están el pompón, crisantemo y hortensia. Nosotros, como cultivo, nos dedicamos a la producción de otro tipo de flores que no se encuentran en esos grandes grupos y que en el mercado, en el sistema de producción, se comportan de forma muy diferente.

En el caso nuestro, al ser exclusivos, vamos a mercados más de nicho, entonces no somos de consumo masivo sino que vamos para eventos, bodas, hoteles categoría premium, y no la flor que se encuentra en el supermercado a 10 dólares. No tenemos tantos volúmenes, sino que vamos al nicho, con precios considerablemente diferentes a otro tipo de flores”.


¿Cuáles son las líneas de negocio de la empresa?

“Dentro del 100% de nuestras ventas, el 70% se concentra en nuestro producto principal, que son las mini callas o callas de colores, que acá localmente son como cartuchos, realmente son de la misma especie, pero diferentes. El otro 30% está en otros dos productos, que 1 es hortensias y el otro es follaje, ese es nuestro portafolio de ventas.


¿A cuál mercado llega Flores de Altagracia?

“Nacimos exportadores, a la fecha Estados Unidos representa más o menos el 89% de nuestras ventas, en un 2% está Canadá y el resto acá en Colombia se lo vendemos a las bouqueteras, que incluyen nuestra flor en bouquets más especializados o mixtos, que son las combinación de varias flores, eso finalmente va también para Estados Unidos, entonces en un 100% nuestro mercado está en Norteamérica”.

¿Cómo está el panorama del sector actualmente?

“Este año tenemos un reto importante: la tasa de cambio, es una situación que tenemos actualmente, es difícil de solucionar si es que existe solución. Tenemos una reevaluación respecto al año anterior de un 20%, eso nos obliga a crecer en ventas mínimo ese 20% para seguir manteniéndonos en el mercado, las condiciones económicas hoy son complejas porque tenemos un aumento de costos de producción y también gastos de personal importante, que siguen creciendo, las ventas en dólares, aunque queremos igualar lo que hicimos el año pasado, cada vez son menos en pesos, la mayoría de nuestros costos son en pesos.

Entonces  es complejo, lo estamos sorteando y esto nos hace la invitación a ser cada vez más productivos, con mucha atención al detalle, agilidad en los procesos, utilizar herramientas que nos permitan esa mayor productividad. Esto es el campo, tenemos miles de variables, el clima, el continuo sortear todas esas variables, entonces debe haber también mucha disciplina para que las cosas salgan bien”.


¿Qué ha sido lo más retador durante estos años?

“Diría que todo… las variables externas que nos afectan, uno puede estar haciendo todo muy bien pero se dan imponderables, por ejemplo, cae una granizada y se pierde todo lo hecho, entonces esas variables externas son de difícil gestión. Esto nos hace una invitación a estar muy atentos de lo que podamos controlar, que la gente sea muy consciente de lo que estamos haciendo y cuál es su razón todos los días para venir a la empresa a trabajar”.


¿Y lo más satisfactorio?

“Impactar a la gente. Es muy satisfactorio ver el crecimiento del bienestar de nuestros colaboradores, quienes han salido adelante junto con su familia, también es muy gratificante ver los resultados del trabajo que hemos hecho en la empresa”. 

¿Cuál es el número de colaboradores de Flores de Altagracia?

“Hoy contamos con más de 50 personas, más dos aprendices. Además, tenemos unas cuatro o cinco personas indirectas, hay una red adicional que nos suma”.


¿Cuáles son los valores corporativos que predominan en la compañía?

“El primero es trabajar por el bienestar de nuestros colaboradores. Trabajamos con pasión, disciplina, creemos en el insistir y persistir, acá predomina el buen nombre, es lo que tenemos, nuestra labor se enfoca en cuidar ese nombre, que sea conocido por nuestros clientes como una finca que cumple y mantiene sus políticas, vivimos mucho de ese buen nombre. Mantenemos en nuestra base más o menos unos 50 a 60 clientes, no es que cada día, semana o mes llegue un cliente nuevo, por eso el tema del nombre y el trabajo cercano con los clientes, eso abarca muchas cosas en cuanto a la integridad.

También el mejoramiento continuo que está inmerso en todo, la razón por la que vamos evolucionando, hoy en día ni esta ni otras empresas pueden ser estáticas con un entorno tan cambiante y volátil”.


Muy interesante. ¿Destacaría algo más sobre este tema?

“Trabajamos por una rentabilidad sostenible, eso abarca el compromiso ambiental, que va más allá, el sector floricultor de Colombia ya tiene 50 años y como nació exportador tiene muchas miradas desde afuera, tenemos mucho personal, podemos tener un impacto en el ambiente, esas miradas externas nos obligan, primero, a estar certificados, hoy lo estamos en Flor Verde, que es una norma social y ambiental.

Social, porque nos garantiza estándares mínimos con la gente, es decir, no tenemos acá niños ni esclavismo, sino que la gente está porque quiere y le gusta. Ambiental, porque cumplimos con unos mínimos estándares que implica la selección de moléculas con las que podemos fumigar, fertilizar, llega a niveles detallados, pero finalmente es lo que nos cubre y nosotros cumplimos”.

¿Qué los hace únicos o diferentes?

“Puede sonar trillado, pero el relacionamiento con nuestros colaboradores es bastante cercano, somos una empresa pequeña, muy especializada, prácticamente esta es una boutique de flores, eso quiere decir que tenemos mucha atención al detalle y no solo con las flores sino también con la gente, eso genera que tengamos índices de rotación inferiores al sector y trabajemos en serio, eso nos hace diferentes.

Adicional a ello no tenemos mucha competencia en Colombia, hay una finca que produce también una de las flores que nosotros tenemos, en El Carmen de Viboral, y una finca en Bogotá que produce otra flor, pero no hacen lo mismo que nosotros, casi que somos únicos en el país en nuestra labor”.


¿Desde hace cuánto están afiliados a Fenalco Antioquia y cómo ha sido la experiencia?

“Unos siete u ocho años. También hacemos parte de Asocolflores porque hay una realidad y es que unidos somos más, hay que generar conversaciones para saber dónde está parado porque uno solito piensa que va muy bien o que va muy mal. Esos diálogos e información que sale de las conversaciones con todos los gerentes es enriquecedor para saber qué pasó, qué pasa y pasará… no considero no estar con los gremios porque se pierde uno de todo”.


¿Qué quisieran alcanzar a futuro?

“Dentro de nuestra planeación tenemos varios objetivos. Un tema es la estandarización de labores, cada vez tener unos procesos más uniformes, por llamarlo así. Un segundo aspecto es el cumplimiento con nuestros clientes, tenemos varios proyectos en camino, un tema de cambio o modernización de invernaderos, que es bastante costoso, y también un tema de energía renovable, que también es muy oneroso y para el tamaño nuestro es difícil tener ese capital. Tenemos otros proyectos en mente, actualmente contamos con riego por goteo, nos gustaría tener riego automatizado. Uno hace muchas cosas pero faltan otras en el camino, hay mucho qué hacer”.


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