Por: Claudia Bustamante Ortiz, Economista En 2020, la economía mundial experimentó su mayor contracción desde la década de 1930 con la Gran Depresión. La rápida propagación del COVID-19 y las drásticas medidas de respuesta adoptadas por los gobiernos, han generado graves consecuencias reflejadas en los niveles económicos y sociales de los países como: la caída del Producto Interno Bruto, PIB, en la mayoría de las economías mundiales, la afectación en los niveles de comercio, la pérdida de empleos, el aumento de la pobreza y la desigualdad en diversos ámbitos. De acuerdo con el Banco Mundial, en materia de crecimiento económico, la pandemia significó una contracción mundial en el 2020 de un -4,3%, en el que se destacan las caídas de importantes economías, tales como la Zona Euro (-7,4%), Japón (-5,3%), Estados Unidos (-3,6%) y China (+2%), siendo este último uno de los pocos países que experimentó una cifra positiva en medio de la enfermedad. En los países latinoamericanos, la economía ha sido fuertemente afectada, debido a que el PIB disminuyó un -6,7% en 2020. Las causas de ello radican en su propia naturaleza, marcada por economías en desarrollo con niveles de ingresos medios y bajos, escaso espacio de maniobra fiscal, altos niveles de deuda pública, incremento de la informalidad en el mercado laboral y desigualdades estructurales de género, educación, territorios y economía digital. A lo anterior, se suma que antes de la pandemia, la región ya mostraba un bajo crecimiento económico: en promedio un 0,3%, en el período 2014- 2019, y específicamente en 2019 una tasa de solo 0,1%. De acuerdo con el Banco Mundial, la contracción de la economía en América Latina fue: Panamá (-17,9%), Perú (-11,2%), Argentina (-9,9%), México (-8,5%), Ecuador (-7,8%), Colombia (-6,8%), Uruguay (-5,9%), Chile (-5,8), Costa Rica (-4,5%), Brasil (-4,1%) y Paraguay (-0,6%). Producto de esta situación, la Organización Internacional del Trabajo, OIT, reveló la pérdida de 26 millones de puestos de trabajo en América Latina. Colombia no ha sido la excepción y en el 2020 se registró la tasa de desempleo más alta en 18 años, ubicándose en 18,5%, es decir, 5,4 puntos porcentuales mayor al 10,5% de 2019. Esta situación impactó en el aumento de la informalidad, que se ubicó alrededor del 48,7% y condujo a un sin salida para muchas familias, dado que los diversos confinamientos afectaron de manera importante el desarrollo de sus actividades. Desde Fenalco Antioquia consideramos que las perspectivas de recuperación económica para 2021 son modestas e inciertas, debido a que el impacto en el país puede aminorarse o agravarse dependiendo de la evolución de la pandemia, la agilidad para producir, distribuir y aplicar vacunas, por lo que se hacen necesarios dos factores: la responsabilidad del sector empresarial por cumplir los protocolos de bioseguridad, que garanticen el cuidado y la vida de sus trabajadores y la disciplina ciudadana, en la que exista un compromiso por tener los cuidados y las prevenciones correspondientes. También te puede interesar "Importancia del e-learning en las empresas"