A sus 56 años, Carlos Morales, un comerciante oriundo de San Rafael, Antioquia, cuenta como hace mucho tiempo en su pueblo se vio enfrentado a una situación de emergencia a causa de la inundación de 25 casas, producida por el desbordamiento del río que pasaba cerca a ellas. Desde ese momento, él y sus vecinos entendieron muy bien que estar preparados era la mejor manera de que nos les volviera a ocurrir esta experiencia.
Siempre ha sido un hombre emprendedor. Por más de nueve años vendió arepas de maíz junto con su esposa, con quien tiene dos hijas, las cuales le regalaron la fortuna de convertirse en abuelo. Comenzó con dos kilos de maíz para producir las arepas, él mismo las hacía y las repartía en bicicleta en su pueblo.
Desde hace siete años se trasladó para Medellín al barrio Villa del Socorro, Comuna 2, donde inmediatamente decidió montar su tienda “El Buen Vecino”, una de las más concurridas de esta comunidad, que siempre tiene las puertas abiertas desde las 7:30 a.m. hasta las 10:30 p.m.
Este tendero, amable y servicial, hace parte de los pequeños comerciantes beneficiarios del Programa Gestiono el Riesgo, Fortalezco mi Negocio. Participar en esta iniciativa le ha confirmado la importancia de monitorear los procesos al interior de su tienda y lo que ocurre en su barrio, por ejemplo, cada noche revisa que todo quede desconectado, a fin de evitar un corto circuito que desencadene en un incendio o le afecte sus refrigeradores.
Carlos Morales es un apasionado del billar y de prestar un excelente servicio a sus clientes. Además, es un convencido de que gestionar el riesgo en su tienda es necesario para que esta crezca y él junto con su familia puedan salir adelante.